Con martillo de piedra,
mataremos a Europa.
Sobre yunque de piedra americana,
mataremos a Europa.
Con flecha mojada de curare,
y abrazo de anaconda,
y rápida fauce de piraña,
mataremos a Europa.
Con cuerno de búfalo bicorne,
y zarpa de puma cazadora,
y saliva de sierpe brasileña,
mataremos a Europa.
Sonando maracas,
mataremos a Europa,
percutiendo monótonos tambores,
mataremos a Europa.
Con óxido de cobre,
con sales de bórax,
con trampa de liana misionera,
mataremos a Europa.
Con lazo de ocho tientos,
y golpe de triple boleadora,
y dagas agudas como un grito,
mataremos a Europa.
No sé cuándo. Mañana.
Acaso mañana con la aurora,
sudando la piel de los tambores,
mataremos a Europa.
Que Grecia nos perdone.
Que nos perdone Roma,
y la luz de París que nos perdone,
mataremos a Europa.
Llorando una lágrima celeste
por Beethoven y Mozart,
sollozando memoria de Leonardo,
mataremos a Europa.
Para ser en el mundo una bandera,
y una llama creadora,
y de nuevo simiente y nervadura,
mataremos a Europa.